Cómo ser feliz en el trabajo y no deprimirte en el intento

Posted on martes, junio 16, 2015 Under 0 comentarios

Todos queremos tener el trabajo de nuestros sueños. Ganar mucho dinero, sentirnos reconocidos, hacer lo que nos gusta y disfrutar de un clima laboral optimista. Probablemente eso sea lo que significa para ti tener un trabajo ideal. Sin embargo, la realidad es otra: diversos estudios indican que más del 80% de los trabajadores no están satisfechos con su día a día laboral, lo que deriva en problemas en el puesto de trabajo, estrés, e incluso, problemas de salud y familiares. Es momento de cambiar eso. A lo largo de este artículo descubrirás las claves que necesitas conocer para disfrutar de lo que haces y conciliar mejor tu vida personal y laboral.

Minions felices en el trabajo


¿Por qué hay que ser feliz en el trabajo?


Personalmente, pienso que ser feliz en el trabajo es un objetivo que deberíamos cumplir todos, no solo por evitar el estrés, sino porque pasamos a lo largo de nuestra vida mucho tiempo trabajando: vivimos en la oficina ¡nueve años enteros!, 78.840 horas de nuestra vida que no podemos desperdiciar estando tristes, aburridos, deprimidos o amargados. Hay que cambiar y ser feliz.

Desde el punto de vista personal, ser feliz en el trabajo es importante porque:
  • Mejora tus relaciones sociales.
  • Adquieres una mayor estabilidad emocional y psicológica.
  • Disfrutas de un mejor estado de salud y tienes más energía.
  • Evitas las preocupaciones.
  • Reduces sustancialmente el estrés y el cansancio.
Desde el punto de vista laboral, ser feliz en el trabajo te permite:
  • Tomar mejores decisiones y aprender más rápido.
  • Trabajar mejor con los demás.
  • Arreglar problemas en vez de quejarte de ellos.
  • Preocuparte menos de meter la pata, y en consecuencia, cometer menos errores.
  • Estar más motivado, ser más creativo y optimista.
  • Ser más productivo: hacer más y mejor en menos tiempo.
niños-felices-oficina

¿Qué puedo hacer para ser más feliz en el trabajo?


Vale, ser feliz en el trabajo es genial. Pero mi trabajo actual es rutinario y aburrido. Puede que este sea tu caso o que conozcas de alguien en esa situación. No es la primera, ni la última vez que sabremos de casos así (lo cual me entristece profundamente). Sin embargo, hay una serie de cosas que podemos hacer para ser más felices en nuestra jornada laboral:

Conócete a ti mismo

Conoce tus puntos fuertes, tus ventajas competitivas, qué te gusta y te hace ser bueno de verdad. Capitaliza en ellos y vive el día a día, permanece enfocado en el presente y sé objetivo. Por supuesto, haz hincapié en fortalecer tus puntos débiles y sé consciente de tus limitaciones.

Mantén hábitos de vida saludables

Come sano y duerme más de 7 horas. Haz ejercicio y si es en compañía mejor: sal a correr, ve al gimnasio, o si eso no te gusta, compra algo de material de fitness para hacer ejercicio en casa. En el trabajo tómate tu tiempo de descanso y no estés todo el rato con el culo pegado en la silla: sal a tomar un café, desayuna fuera o al menos sal de la oficina a dar un pequeño paseo. Tu cuerpo te lo agradecerá.

Ser feliz una decisión que sólo puedes tomar tú

Relaciónate con tu jefe y compañeros

Pasas muchas horas con ellos, intenta conectar y compartir una sonrisa o una pequeña charla amena. Muestra interés en lo que hacen con optimismo, a todos nos gusta tener un compañero que se preocupa por nosotros.

Comparte tus preocupaciones

Habla de tus inquietudes, de necesidades que tienes con tu jefe y/o con tus compañeros. El guardártelo todo dentro no te ayuda ni a ti, ni a la empresa. Contar tus preocupaciones es añadir más valor a tu trabajo, no lo contrario.

Combate el aburrimiento

Todo trabajo tiene tareas rutinarias, encuentra formas diferentes de realizar la misma tarea para que sea más llevadera. Sé optimista en tu jornada diaria, la alegría y la felicidad se contagian y se transmiten a todo tu entorno.

Convierte tu puesto en tu happy place

Sé proactivo, busca las formas de optimizar las tareas que realizas, no esperes a que tu jefe se siente contigo y te pregunte como podría mejorar tus labores para hacerlo de una forma ineficiente seis meses después. Organiza tu espacio de trabajo y personalízalo a tu gusto (sin pasarse tampoco, no la llenes de calaveras o de máscaras africanas), crea tus propios sistemas de trabajo, optimiza tu tiempo, busca nuevas formas de aprender, etc.

Encuentra la pasión en ti, no en tu trabajo

No fantasees con tu trabajo ideal: Si yo fuera director comercial, entonces esto sería distinto. Evita los “Si yo fuera… entonces…”. Necesitas llevar ese deseo a tu puesto de trabajo actual: imagina que quieres ser director de personal. Entonces intenta ayudar a tus compañeros a resolver sus problemas y a estar más satisfechos con su trabajo. Esa experiencia no sólo te servirá para optar a la posición que deseas en el futuro, también te permitirá ser más feliz en tu día a día.

Felicidad en el trabajo, sonríe :)
 

Fíjate objetivos alcanzables

Ni se te ocurra pensar que vas a construir un edificio en dos días. Nunca, jamás. Eso solo te empujará hacia el estrés y la desesperación.

Destaca tus logros

Lleva un registro de qué has aportado a la empresa cada semana o mes, eso te ayudará a sentir que tu trabajo no es en vano y además te permitirá pedir un aumento de sueldo en el futuro.

Si crees que mereces un aumento, pídelo

Pero pídelo de la forma adecuada. Trata de reflejar cómo repercute tu trabajo en la empresa. No hables de tus logros directamente, intenta enfocar lo que has hecho como una mejora para la organización, por ejemplo: si has vendido un 25% más en el último año, puedes enfocarlo como “En el último ejercicio he conseguido aumentar mis ventas un 25%, lo que ha permitido a la empresa aumentar sus beneficios en un 7%”.

Sin embargo, no siempre se puede crear un clima laboral adecuado: a veces te encuentras con compañeros de trabajo que o son muy competitivos o son asociales y no quieren saber nada de los demás (o ambos, que miedito O_O), compañeros amargados o muy aburridos que culpan a todo el mundo de lo que consideran su desgraciada vida laboral. Aléjate de esas personas e intenta conectar con los compañeros que realmente valen la pena. Si por otro lado tienes un jefe que disfruta haciendo sufrir a sus empleados con malos modos y humillaciones públicas, no te lo pienses: busca otro sitio donde trabajar, esas personas no merecen ganar dinero a costa de tu talento.

Como empresario, ¿por qué necesito empleados felices?


No es una cuestión de elección. Necesitas una empresa feliz. Los beneficios anteriormente expuestos de tener empleados felices son imposibles de ignorar para una empresa. Sin embargo, no es por eso por lo que necesitas tener una empresa feliz. Necesitas tener una empresa feliz por tus empleados, se lo debes. Ellos son quienes tratan con los clientes, ellos son quienes te hacen ganar dinero, ellos son quienes hacen crecer tu negocio. Tener unos empleados fieles que se consideran parte de la empresa es el mayor tesoro que puedes tener. Así pues, puedes llevar a cabo las siguientes acciones para aumentar la felicidad de tus trabajadores:

Escucha a tus empleados

Hay una gran diferencia entre tener en cuenta las ideas de los empleados y entre oír lo que te dicen las personas que trabajan para ti. Pregúntale uno a uno qué es importante para ellos, qué valoran de la empresa y qué cambiarían para que fuera mejor. Considera toda esa preciada información que has obtenido y haz cambios. Eso no sólo te ayuda a crear una cultura más innovadora, también hace de tu empresa una organización más competitiva.

El secreto de tener empleados felices es que de verdad te importen sus preocupaciones

Contrata a gente feliz

Las inyecciones de savia nueva con altas dosis de optimismo siempre suman, ¡recuerda que la felicidad es contagiosa!

No permitas comportamientos negativos

Los malos modos, las faltas de respeto y cualquier otro tipo de comportamiento negativo son como un cáncer para tu empresa. Procura pararlos a tiempo antes de que sea demasiado tarde.

Cede responsabilidades a tus empleados

Delegar no solo reduce tu carga de trabajo, también genera engagement con los trabajadores, ya que toman mayores responsabilidades y sienten que lo que hacen realmente importa.

Sorprende de vez en cuando

Lleva a tus empleados un café a su mesa, alguna que otra palmadita en la espalda, compra algunos dulces y repártelos por la oficina, etc. Hay cientos de formas de tener detalles que aunque parezcan insignificantes, dejan marca, más aún si vienen del jefe.

El jefe autoritario quiere que le sirvan. El líder de verdad está para servir a sus empleados

Taza de café sonriendo en la oficina

Haz que la gente que hace un trabajo que no es su motivación encuentre una pequeña parte de ella en él

Lo importante es que te des cuenta lo antes posible de quién está haciendo lo que le gusta y quién no. Una vez has identificado a las personas a las que no les motiva su trabajo, lo aconsejable es que te reúnas con ellas una a una y les preguntes directamente qué les gusta hacer. Si tienes la posibilidad (y consideras adecuado) reubicarlas en lo que les apasiona de verdad es el momento de hacerlo. Si no, puedes realizar un ejercicio muy sencillo con ellos: pregúntales cómo venderían su puesto de trabajo, señalando las ventajas y desventajas de éste. Así puedes motivarles en base a las ventajas que te indican, al mismo tiempo que buscas formas de paliar las desventajas de su puesto.

Celebra los éxitos

Da una pequeña fiesta en la oficina, organiza un almuerzo o cena. ¿No te convence? Piénsalo de este modo ¿a quién no le gusta comer gratis y divertirse? Si habéis conseguido un objetivo importante, celébralo. Tanto tú como tus empleados os lo merecéis.

Celebra los fracasos

No, no es coña. No se trata de crear una fiesta para celebrar el hecho de haber metido la pata. Se trata de crear algún tipo de evento cada mes o cada dos meses en el que los empleados no tengan miedo a hablar de sus errores y de cómo los han subsanado, crea debates, organiza un concurso de búsqueda de la mejor solución a un problema, etc. De esta manera fomentas el aprendizaje y haces de tu empresa un lugar del que estar orgulloso del que formar parte, no es tiempo perdido. Cuando se hace algo mal no hay que echar una bronca monumental a quien lo hace, esa persona no está contenta por haber fallado. Premia a quien ha cometido un error y lo ha redirigido con gran éxito, así incentivas al resto a dar lo mejor de sí a pesar de las adversidades.


Sobre el autor

Consultor de innovación para empresas con Master MBA. Enamorado del mundo de la empresa y de la innovación. En continuo aprendizaje y siempre dispuesto a descubrir cosas nuevas.
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